
En los tiempos que vivimos nos gusta pensar que todo está perfectamente ordenado, medido, meditado, pensado y reflexionado, así nos convencemos de que no cometeremos errores. Sin embargo, a pesar de que nos consideramos “animales racionales” en ocasiones olvidamos nuestro maravilloso mundo de cálculos y nos dejamos llevar por la ilusión y la pasión.
Scintilla nació así, sin un pequeño cálculo de viabilidad, con la única premisa de compartir aquello que nos fue dejado, una cultura, un paisaje y un cuidado entorno, que nosotros consideramos que debe ser compartido.